miércoles, 2 de octubre de 2013

TRAJES TIPICOS DE BOYACA:
Los chibchas del altiplano cundiboyacense cubrían cuerpos con faldas de telas de algodón listado y de muchos colores, las cuales ajustaban a la cintura con el “chumbe” o cinturón tejido en lanas y algodón; esta especie de anaco lo utilizaban los hombres hasta la rodilla y las mujeres hasta el tobillo. Las mujeres usaban una manta cuadrada llamada “chircate”, ceñida a la cintura; la faja “chumbe” y sobre los hombros un pequeña manta llamada “liquira”, prendida a los pechos con un alfiler grande de oro o plata.

Los hombres chibchas llevaban un largo poncho de lana que les llegaba hasta las corvas, para protegerse del frío.

Los vestidos españoles y chibchas de los siglos del coloniaje hispánico, con las influencias de las modas francesas introducían en las de los borbones y el siglo XVIII y otras europeas del siglo XIX, fueron conformando un traje típico del boyacense y recibió adaptaciones de acuerdo a la región.

El campesino boyacense viste de pantalón de dril, camisa de tela de algodón, alpargates, sombrero de tapia pisada y ruana de lana; en algunos casos la montera de ruana.

La mujer boyacense de los campos viste una falda de tela de algodón con amplios vuelos y adornada en la parte inferior con dibujos y aplicaciones de variados colores, blusa de algodón con bordados, pañolón o mantenilla, sombrero de caña o tapia pisada, alpargates blancos atados con galones negros. La campesina boyacense acomodada acostumbra una indumentaria en las telas y finos adornos, paño de castilla, cachemira o frisa.

El campesino boyacense usa la ruana, la cual tiene su origen en los largos ponchos chibchas y capote español. Son en general hechas en tonos oscuros y relativamente pequeñas.

El sombrero campesino boyacense es de tapia pisada hecho de trencilla de “palmiche” y fibra de palma de ramo o fique. También se acostumbra el sombreo de caña en algunos lugares del centro y valle de tenia.

Vestidos

El clima frío de la región caracteriza el vestido con una variada gama de colores, que obedecen a una tradición que se remonta a la época en que los chibchas utilizaban para sus ritos y ceremonias mantas azules, rojas y de otros colores que hoy se reflejan en pañolones, blusas, faldas y mantillas, que han sido constantes en los últimos cuatro siglos, y una especial tendencia a bordar, adornar y embellecer atuendos.

Las campesinas de la región visten falda negra y larga confeccionada con prenses; va con diferentes adornos, con muchos colores elaborados en cintas de artiseda, canutillos y mostacillas. Debajo de la falda se usa una enagua blanca con arandelas; la campesina de páramo usa además otra enagua interior de bayetilla roja.

La blusa es de manga larga con cuello y adornos de colores vivos, en la cabeza lleva una mantilla negra que llega hasta la cintura y sobre ella se coloca el sombrero de tapia pisada o jipa. Las alpargatas son de fique atados al pie con galones negros.

Los hombres visten pantalón de paño oscuro, pantaloncillos con lienzo blanco amarrados a la altura del tobillo; la camisa es en tela de algodón blanco, siendo muy corriente la “cotano” de cuello militar con abotonadura sobre el hombro izquierdo. Los puños y el cuello van punteados en negro; también llevan pañuelo o rabo e’ gallo y ruana de lana virgen en tonos oscuros.

La montera la usan en el páramo y es de lana virgen de color claro, cubriendo la cabeza.

El negro fue base para resaltar la gama de colores vivos, permitiendo a los campesinos vestirse distinto y mostrar sus mejores galas alrededor de las fiestas patronales, las celebraciones familiares o simplemente días domingueros.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

TRAJES DE BOYACA:
El sombrero vueltiao es el símbolo de la Costa Atlántica, la guadua, del Triángulo del Café, la tagua, del Chocó y la ruana, de Boyacá, que en la legua muisca significaba Tierra de Mantas, relacionando la región con los tejidos de lana de ovejas elaborados por los indígenas.
La ruana es una especie de manta cuadrada o rectangular, sin mangas, con una apertura en el centro por la que se pasa la cabeza. Es el abrigo de los hombres en tierras frías y templadas, muy cómoda para vestir. A diferencia del poncho, que es su hermano de tierra caliente (aunque en el resto de Latinoamérica, excepto Venezuela, a la ruana se la conoce con el nombre de poncho), constituye una prenda preferida de los hombres del campo.

ORIGEN DE4 LA RUANA:
Cuando los españoles que llegaron a la actual región de Boyacá en el siglo XVI, observaron que los nativos se ponían un vestido adaptado al frío de la meseta, con el que reflejaban su posición social y diferenciación de sexo.
Las mujeres indígenas usaban una manta larga y cuadrada, llamada chircate, que les llegaba hasta los tobillos. Los hombres, en cambio, para protegerse del frío se cubrían de un poncho de lana más corto, hasta las rodillas.
Los conquistadores españoles para protegerse del frío usaban una especie de capotes. Esta vestimenta se unió con las prendas de los Chibchas, conformando el actual traje típico de Boyacá, ruana de lana que se acompaña con el pantalón de dril, la camisa de tela de algodón, alpargatas y el sombrero de tapia pisada.
A lo largo de los años, la ruana fue abrigo exclusivo de campesinos, pero con el tiempo se impuso en todas las clases sociales, convirtiéndose en el patrimonio nacional colombiano.
USOS DE LA RUANA:
El abrigo de cuatro puntas, como lo llaman cariñosamente en Boyacá, no solamente es una prenda que protege del frío. Su uso en Colombia es multifuncional. Sirve como cobija, como una manta para hacer un romántico picnic en el campo o para tomar el sol en la yerba. Doblada, sirve de cojín
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TRAJES TIPICOS DE BOYACA:
En lenguaje muisca, Boyacá significa tierra de mantas, en alusión a las prendas que tejían y que lucían los indígenas pobladores de esta región.
Con el arribo de los españoles y el proceso del mestizaje, la manta cedió su lugar a otros abrigos y tejidos y así fue apareciendo la ruana que hoy conocemos.
"Los españoles trajeron una manta originaria de Ruán, pueblo francés, que no tenía orificio. Los indios yanaconas que llegaron con Sebastián de Belalcázar (procedentes del Perú) trajeron el poncho chileno, que sí tenía orificio", relata el presidente de la Academia Boyacense de Historia, Javier Ocampo López.
El historiador señala que el poncho chileno y la manta de Ruán dieron origen a la ruana nuestra, que utilizan los campesinos boyacenses desde el siglo XVI.
Por años, la ruana fue abrigo exclusivo de los campesinos y de las gentes pobres, pero con el tiempo esta prenda se impuso en todas las clases sociales colombianas y se convirtió en patrimonio nacional.
Hasta el papa Juan Pablo II lució una ruana durante su visita a Chiquinquirá en 1986. Alli el Pontífice recibió una ruana blanca de manos del artesano de Nobsa Luis Antonio Paipa.
Hoy, Boyacá ya no es tierra de mantas sino de ruanas, porque además de que el abrigo de cuatro puntas ondea como símbolo del boyacense, también se ha convertido en industria próspera para poblaciones como la de Nobsa.
En este municipio, de 15 mil habitantes, al menos 300 familias viven directa o indirectamente de la producción de ruanas. "La ruana es para nosotros una bendición", dice el fabricante Julio Ramón Cristancho.
Por eso, los nobsanos le dedican un día al año al abrigo que tejen en sus telares y que cobija a toda Colombia.
Esta celebración la han denominado el Día Mundial de la Ruana